Unidades fluviales de la policía de Brasil atacadas por buques de la Armada paraguaya.


Efectivos de la Delegacía de Policía Marítima (DEPOM) de la Policía Federal de Brasil han denunciado una situación dificilmente sostenible ante las autoridades y sus sindicatos: se trata de 5 a 20 enfrentamientos en el último año, uno de ellos el pasado 17 de marzo, en el que, habiendo apresado a una lancha haciendo contrabando de neumáticos, una embarcación liviana de la Armada Paraguaya disparó con ametralladoras pesadas sobre otra brasileña, que pese a haber respondido con 60 disparos de H & K G-36, fue vencida por mayor poder de fuego, debiendo renunciar a su presa, protegida por los efectivos guaraníes.

Tiempo atrás, miembros de la Policía brasileña denunciaban que, además de dinero, los marinos paraguayos- afectados por bajísimos presupuestos y viejos equipos- recibieron hasta nuevos motores para alguna de sus patrulleras afectadas al Paraná, para, a cambio, perseguir cualquier nave extranjera que apresase delincuentes en el citado río, alegando aguas territoriales, un item que ambos países aducen habitualmente en su beneficio y en ocasión de roces.

Una reunión marcada ayer entre autoridades navales, policiales y diplomáticas brasileñas y paraguayas no contó con la presencia de estos últimos, se ignora si por la tradicional animosidad entre las fuerzas de defensa y seguridad de los dos países,o por indicios concretos de corrupción, un mal que, según todos los organismos internacionales, crece mensualmente en tierras guaraníes, con un estado nada tecnificado y muy poco presente, en comparación con el resto de la región.

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