El Estado garantizará la venta de 250 carros de combate a Arabia Saudí.

Arabia Saudí quiere comprar entre 200 y 300 carros de combate Leopard 2E fabricados en España bajo licencia alemana. Pero no se los quiere comprar a la compañía que los fabrica, General Dynamics Santa Bárbara. Ni siquiera al consorcio de empresas que aportan componentes. Quiere que se los venda el Estado español. Que el Ministerio de Defensa compre los tanques en su nombre. Que verifique que cumplen todas las especificaciones. Que garantice su mantenimiento a largo plazo. Que se comprometa a suministrar la munición si es necesario. Que responda de posibles reclamaciones. Lo que pide Arabia Saudí no es insólito en el comercio internacional de armamento. Se denomina “contrato Gobierno a Gobierno”. EE UU, Reino Unido, Francia o Alemania emplean esta fórmula. Pero España no lo ha hecho nunca y su incorporación al ordenamiento jurídico llevó ayer al Consejo de Ministros a aprobar —dentro del real decreto ley sobre medidas urgentes de liberalización del comercio— una disposición que habilita al Gobierno para firmar contratos de venta de armamento y gestionar una cuenta, al margen de la práctica presupuestaria normal, alimentada con fondos extranjeros.

Se trata de que Arabia Saudí ingrese en dicha cuenta los fondos comprometidos y que Defensa pague a la empresa fabricante a medida que los carros sean entregados. El contrato por el que el Gobierno español actuará como mandatario del saudí tendrá categoría de tratado internacional, pero no está claro que sea sometido al Parlamento. La operación se remonta, al menos, a 2010 y, como la adjudicación del AVE a La Meca, ha contado con la intervención del rey Juan Carlos, que mantiene estrechas relaciones con la Casa de Saud. La muerte del entonces príncipe heredero y responsable de Defensa, Sultan bin Abdelaziz Al-Saud, en octubre pasado, frenó las negociaciones, pero estas se han relanzado tras la visita que el ministro Pedro Morenés hizo hace dos semanas a Riad, donde se acordó reunir la comisión mixta entre ambos países.

España envió el verano pasado a Arabia Saudí un prototipo del Leopard para someterlo a pruebas en el desierto. Fuentes industriales aseguran que las deficiencias constatadas en la evaluación, derivadas en su mayoría de la incorporación del aire acondicionado, se podrán subsanar sin grandes problemas. Aunque el sistema se ha diseñado para Arabia Saudí, podría aplicarse a otros grandes contratos de armas que, pese al nombre del decreto aprobado ayer, se adjudican siempre a dedo.

Fuente: http://politica.elpais.com

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