China: El Ejército de la nueva superpotencia.

China: El Ejército de la nueva superpotencia
Soldados del ejército chino encargados de la seguridad china en Guangdong (1997)

China celebra estos días el 85 aniversario de su Ejército, fundado el 1 de agosto de 1927 como el brazo militar del Partido Comunista, que nació seis años antes y pretendía derrocar al Gobierno del Generalísimo Chiang Kai-shek influido por el triunfo de la revolución socialista en Rusia. Desde entonces, el Ejército Popular de Liberación permanece bajo el control absoluto del Partido Comunista de China a través de la Comisión Militar Central, que dirige el secretario general y presidente del país, Hu Jintao. Dividido en siete regiones militares y una veintena de distritos, es el mayor Ejército del mundo al disponer de 2,2 millones de soldados en activo. Contando a los que están en la reserva, suman unos tres millones. Auténtico sostén del régimen, el Ejército Popular de Liberación cimentó su reputación gracias a la táctica de guerrillas que Mao Zedong empleó contra la ocupación japonesa (1931-45) y durante la contienda civil contra el Kuomintang (1945-49). 

Como muchos de sus oficiales fueron purgados durante la “Revolución Cultural” (1966-76), el Ejército respaldó el proceso de apertura y reforma emprendido a finales de los 70 por Deng Xiaoping tras la muerte del “Gran Timonel”. A cambio de apoyarle y de aplastar a sangre y fuego las protestas democráticas de Tiananmen en 1989, sus generales se benefician hoy de los multimillonarios negocios que controlan tanto el Ejército como el Partido. Al amparo de su extraordinario crecimiento económico, y haciendo gala de su nueva condición como superpotencia, el régimen de Pekín ha modernizado sus fuerzas armadas con aumentos de dos dígitos del presupuesto militar durante las dos últimas décadas. Oficialmente, su presupuesto asciende a 670.270 millones de yuanes (84.974 millones de euros), pero los expertos sospechan que el régimen de Pekín dedica una cantidad mucho mayor a sus Fuerzas Armadas. Aún así, los gastos militares de China siguen estando por debajo de los del Pentágono. 

Caza J-20

Dotado con armas nucleares, el Ejército Popular de Liberación ha incorporado recientes avances tecnológicos como el caza J-20 invisible al radar, sus submarinos atómicos y su primer portaaviones, un antiguo buque de 300 metros de eslora que estaba siendo construido en la extinta Unión Soviética y adquirió para rehabilitarlo. Además de la temida destreza de sus “hackers” (piratas informáticos) en la “guerra cibernética”, China ha potenciado su carrera espacial no sólo lanzando varios astronautas al cosmos, sino también probando en 2007 su capacidad para destruir satélites en órbita. Cumpliendo con sus nuevas obligaciones internacionales, el régimen de Pekín ha participado en más de 20 misiones de paz de la ONU y aportado 20.000 soldados desde que envió a sus primeros cascos azules a Camboya en abril de 1992. En la actualidad, mantiene 2.000 militares en 12 misiones de paz en lugares tan conflictivos como el Líbano o el Congo.

Aunque el régimen de Pekín insiste en su “ascenso pacífico”, en los últimos meses se han registrado varias escaramuzas navales y rifirrafes diplomáticos por las disputadas aguas e islas del Mar de la China Meridional, que también reclaman Vietnam, Filipinas, Taiwán, Brunei y Malasia. Junto a su importancia geoestratégica, dichos archipiélagos son tan ricos en bancos de pesca y supuestos yacimientos naturales que suponen un nuevo foco de tensión militar en Asia, sobre todo con Vietnam y Filipinas. “China tiene derechos de soberanía indisputables sobre las islas del Mar del Sur y sus aguas adyacentes, así que nos oponemos a cualquier intervención militar del exterior en esa región”, advirtió el portavoz del Ministerio de Defensa, Geng Yansheng, en la víspera del aniversario del Ejército. 

Para reforzar su presencia en la zona, el régimen chino acaba de fundar un pueblo, Sansha, en la isla de Yongxing, cercana a Hainan, donde ha destinado un destacamento militar que ha levantado ampollas entre sus vecinos al considerarlo una provocación. Por su evidente perjuicio económico, una confrontación militar es lo último que quiere Pekín, pero los ánimos están caldeados que cualquier día puede estallar una escaramuza entre los barcos de guerra que patrullan la zona. Al cumplir 85 años, el mayor Ejército del mundo vela armas y se prepara para defender los intereses de China como nueva superpotencia mundial.

Fuente: http://www.abc.es/

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