Por qué está fracasando la Academia General Militar. Profesores civiles, menos instrucción castrense y rebaja del tiempo de estudio comentarios.

Un momento de la inauguración del curso en la Academia de Infantería de Toledo

El fracaso creciente en la Academia General Militar preocupa en Defensa y en ámbito castrense. Se están analizando las causas y las posibles soluciones y enmiendas al modelo de formación actual que se imparte en las academias de Tierra, Aire y Armada a través del Centro Universitario de la Defensa. Un experto en liderazgo y ex militar de carrera explica las circunstancias que han degenerado en la actual situación. A día de hoy, los resultados de los cadetes de la Academia General Militar son preocupantes. Tal y como informó ECD, los suspensos en los últimos cursos del grado de Ingeniería de Organización Industrial han obligado a un buen número de alumnos a abandonar la Academia y, en el mejor de los casos, a pedir su ingreso en Marín o en San Javier. 

El Gobierno del Partido Popular ha tratado de ‘parchear’ este modelo de enseñanza, impulsado por José Bono y desarrollado posteriormente por Carme Chacón, sustituyendo al anterior director general de Reclutamiento y Enseñanza Militar, Javier García Fernández –catedrático de Derecho Constitucional-, por un militar: el teniente general Juan Antonio Álvarez Jiménez. El objetivo es llevar a cabo una revisión crítica del modelo para precisar qué cambios pueden introducirse. El Confidencial Digital ha consultado sobre esta problemática a Santiago Ávila, un experto en liderazgo y comportamiento humano en la Organización, además de ex militar de carrera y antiguo alumno de la Academia de Zaragoza. 

Formar lideres, no intelectuales 
En su opinión particular, el nuevo modelo de enseñanza que se aplica en la Academia General Militar ha desvirtuado el objetivo final de estudios, que no es otro que “formar a combatientes y a líderes”. “Se ha tomado la escalera equivocada, la del saber: el hecho de que la mayoría de los directivos actuales sean malos jefes, ha sido propiciada por la tendencia a promocionar el “saber” en detrimento del “poder”. El Ejército necesita Lideres, escalera del poder, y no intelectuales, escalera del saber”. Con el plan antiguo, destaca este experto en liderazgo, se centraba la formación de la Inteligencia Emocional, en valores como el autocontrol, la empatía, las habilidades sociales –el liderazgo-, la entrega… “Era una formación eminentemente castrense aderezada con conocimientos de cálculo, física y álgebra, entre otros”. 

Sin tiempo para el estudio 
Otro de los factores que influyen de forma determinante en los frustrantes resultados de la Academia General Militar es el sistema de matriculación. Cada alumno debe matricularse cada año del curso que corresponda a los años que lleve en la Academia. Es decir, no es posible repetir curso. En su tercer año de carrera, el cadete se matricula en tercero independientemente de las asignaturas de cursos pasados que le queden por aprobar. Llegada la cuarta convocatoria, y suspensa esta, el cadete debe abandonar la Academia. Llegados a ese punto, podría atribuirse el fracaso de algunos cadetes a su falta de aplicación a los estudios. Sin embargo, se dan ciertas circunstancias que hacen “muy difícil” el éxito académico: mientras están en la Academia, los cadetes dividir su tiempo para la preparación física, guardias, imaginarias, formación de milicia… “si les quitas el tiempo para dormir les quedan dos horas para estudiar” asegura Ávila. Una vez superados los cuatro años del Grado, se imparte un año de formación intensiva en milicia. “Un menoscabo evidente de la Inteligencia Emocional y de aspectos de carácter fundamentales en la milicia” asegura este experto. 

Profesores o maestros 
Otra de las polémicas que siempre ha salpicado el debate sobre el nuevo modelo de Enseñanza Militar es la introducción de profesores civiles en las aulas de cadetes. En Zaragoza, según Ávila, se ha supeditado lo militar a lo civil. “La formación del cadete no sólo requiere conocimiento, sino también y fundamentalmente carácter, de ahí que la figura del profesor (sólo conocimiento catedrático) no es adecuada, debe ser maestro (carácter y competencia, militar con conocimiento suficiente).

Fuente: http://elconfidencialdigital.com/

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