Polonia da la bienvenida al escudo antimisiles de EE.UU. en su territorio.


Polonia aplaude la intención de EE.UU. de desplegar en su territorio elementos de su sistema antimisiles, ha acentuado este lunes el ministro de Exteriores polaco, Radoslaw Sikorski, al reunirse en Washington con el secretario de Estado, John Kerry. "Estamos muy contentos de tener finalmente una presencia estadounidense cualificada en Polonia, aunque sea limitada, y que los F-16 polacos y estadounidenses se entrenan juntos. También daremos la bienvenida al escudo antimisiles y ya tenemos preparados todos los acuerdos prácticos al respecto", comentó Sikorski. Cabe mencionar que a finales de mayo tuvieron lugar maniobras aéreas conjuntas en Polonia en las que participaron 150 efectivos estadounidenses y 6 cazas polivalentes monomotor F-16. El pasado 15 de marzo el jefe del Pentágono, Chuck Hagel, anunció que Washington desplegará 14 misiles interceptores en Alaska en respuesta a la creciente amenaza de armas nucleares de Corea del Norte y que, para conseguirlo, cancelará sus planes de finalizar el despliegue de complejos antimisilísticos en Polonia para finales de esta década. 

Este lunes Kerry, por su parte, concretó que la decisión de EE.UU. de posponer por un plazo indeterminado el despliegue de la llamada cuarta fase de su escudo antimisiles no quiere decir que Washington abandone sus planes para Europa, y para Polonia en particular, por completo y que de ningún modo se trata de una concesión a Rusia. Acentuó que actualmente EE.UU. está realizando la tercera fase del despliegue de su sistema y aseguró que, gracias a las nuevas tecnologías, podrán obtener unos resultados mejores en comparación con lo programado anteriormente. El escudo antimisiles de EE.UU. en Europa siempre ha sido un punto de controversia entre Washington y Moscú, que considera este programa como una violación de todos los acuerdos de desarme firmados entre los dos países. El sistema está teóricamente destinado a proteger a los países europeos de una supuesta amenaza por parte de Irán. Sin embargo Moscú siempre descartó este motivo, apelando a que cualquier instalación en Polonia o Rumanía estaría demasiado lejos para interceptar un misil iraní. 

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