"La OTAN armó revuelo en torno a Crimea porque quería instalar allí una flota".


 
Crimea era la parte de Ucrania que más interesaba a la OTAN, porque la península ofrecía varias posibilidades para el emplazamiento de una flota, dice el director del Centro Ruso de Análisis del Comercio Mundial de Armas, Ígor Korótchenko. "¿Por qué cree usted que se armó tanto revuelo en EE.UU. y en Occidente en general? Porque saben perfectamente que no se van a quedar con todo el pastel. Hay varios sitios en Crimea donde la OTAN podría haber instalado una flota… Necesita aeródromos, necesita una base de defensa antiaérea", recuerda Korótchenko. Desde el punto de vista del equilibrio global de fuerzas, la Flota de Guerra del Mar Negro y la presencia de la escuadra naval rusa en el mar Mediterráneo son factores que ayudan a la estabilidad internacional. 

Explicó a RT que, desde el punto de vista estratégico y de la seguridad nacional, la recuperación de Crimea por parte de Rusia significa el funcionamiento ininterrumpido de la flota de guerra rusa del mar Negro. El experto militar recuerda que, a pesar de que Moscú firmó acuerdos intergubernamentales con Kiev, la Flota de Guerra del Mar Negro se encontraba medio paralizada porque las autoridades ucranianas obstaculizaban el proceso de modernización de las armas, por lo que Rusia tuvo que invertir decenas de billones de rublos en la construcción de una base naval en la ciudad rusa de Novorossíisk para poder trasladar allí sus modernos submarinos y buques de guerra. Hoy este problema ya no existe, se puede modernizar la Flota Rusa del Mar Negro e invertir en la infraestructura costera. "Creo que lograremos convertir la Flota del Mar Negro en una de las flotas más modernas y avanzadas, que permitirá que, en el futuro, no nos moleste que la OTAN realice ejercicios militares en el mar Negro", dice Korótchenko. "El puesto de avanzada de Crimea le permitirá a Rusia tener una gran influencia en la seguridad en el sur de nuestro país. 

Desde el punto de vista del equilibrio global de fuerzas, la Flota de Guerra del Mar Negro y la presencia de la escuadra naval rusa en el mar Mediterráneo son factores que ayudan a la estabilidad internacional", afirma el experto. Está convencido de que "la integración de Crimea al Estado ruso es un acontecimiento histórico muy importante y de que el hecho de que Rusia reivindique abiertamente sus propios intereses sin depender de los intereses de Occidente es una acción crucial en la política internacional". "Creo que estamos presenciando un cambio global en la política internacional. Eso es muy importante porque, en un mundo que durante los últimos 20 años ha sido dominado por EE.UU. como gendarme del planeta, existen muchas fuerzas que buscan alternativas, y Rusia con su política práctica hoy está demostrando ser una alternativa", dijo el director del Centro Ruso de Análisis del Comercio Mundial de Armas a RT. 

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Comentarios

  1. Bastante probable viendo el mapa y la base de Crimea. La intención era hacer un limite en las operaciones de la Armada de Rusia en el Mar Negro con una base Naval en Ucrania y otra en Turquia. Casi un cerco a su flota , Y en cuanto a Crimea bueno nunca vi una invasión con un pueblo con las banderas del país que invade ese territorio y con su población apoyando incluso como milicia la misma.

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  2. Su nombre de guerra es «Delta». Es uno de los jefes militares de la «revolución ucraniana» aunque, como él mismo declara, no se siente ucraniano. Bajo el casco lleva la kipá. La historia nos la cuenta la agencia de prensa judía –con sede en Nueva York– después de haberlo entrevistado bajo condiciones de anonimato, fotografiándolo en uniforme de camuflaje y chaleco blindado, con el rostro cubierto por gafas oscuras y una bufanda negra [1].
    Delta es un veterano del ejército de Israel, especializado en combate urbano en la brigada de infantería Givati, fuerza que participó en la operación «Plomo Fundido» y en otras acciones contra Gaza, como la masacre de civiles perpetrada en el barrio Tel el-Hawa. A su regreso a Ucrania, hace varios años y como hombre de negocios, formó y entrenó –con otros ex militares israelíes el pelotón «Cascos azules de Maidan», aplicando en Kiev las técnicas de combate urbano ya puestas a prueba en Gaza.
    Su pelotón, según declara Delta a la JTA, está a las órdenes de Svoboda, un partido que detrás de su nueva fachada conserva su matriz neonazi. Precisamente para tranquilizar a los judíos ucranianos que se sienten amenazados por los neonazis, Delta afirma que la acusación de antisemitismo que pesa sobre Svoboda es una «idiotez».
    La presencia en Ucrania de especialistas militares israelíes se confirma con la información, proveniente de la JTA y de otras agencias judías, de que varios heridos en los enfrentamientos con la policía en Kiev fueron enviados de inmediato a hospitales israelíes, por supuesto, para impedir que alguien pudiera revelar identidades incómodas. Como las identidades de la gente que entrenó y armó a los francotiradores que, con los mismos fusiles de precisión, dispararon en la plaza Maidan contra los manifestantes al mismo tiempo que contra los policías –alcanzados casi todos en la cabeza.
    Estos hechos arrojan una luz nueva sobre la manera como se preparó y se realizó el golpe de Estado de Kiev. Bajo la dirección de Estados Unidos y la OTAN, a través de la CIA y de otros servicios secretos, se procedió al reclutamiento, financiamiento, entrenamiento y entrega de armas a los militantes neonazis que asaltaron los edificios gubernamentales en Kiev, antes de pasar a ser institucionalizados como «Guardia Nacional».

    Documentos fotográficos que circulan en estos días muestran a jóvenes militantes neonazis ucranianos de UNA-UNSO entrenados en 2006 en Estonia por instructores de la OTAN que les enseñan técnicas de combate urbano y utilización de explosivos para la realización de sabotajes y atentados.
    Es exactamente lo mismo que ya hizo la OTAN en tiempos de la guerra fría para garantizar la formación de la estructura paramilitar secreta que hoy se conoce como «stay-behind », bajo el código «Gladio» Esa estructura también estuvo activa en Italia, donde se entrenaron –en Camp Darby, base estadounidense cercana a la ciudad de Pisa, y en otras bases– diversos grupos neofascistas que se prepararon para la realización de atentados y de un posible golpe de Estado. Una estructura militar análoga fue creada y utilizada ahora en Ucrania, recurriendo también a la participación de especialistas israelíes.

    Pero el golpe de Estado no habría tenido éxito si la OTAN no hubiese garantizado previamente la complicidad de la jerarquía militar ucraniana formándola durante años en el NATO Defense College y en el marco de «operaciones de paz» dirigidas por la alianza atlántica. No es difícil intuir que, detrás de la red oficial, se haya conformado una red secreta. Y fue así como las fuerzas armadas ucranianas obedecieron la orden de la OTAN de «mantenerse neutrales» mientras se desarrollaba el golpe de Estado. Posteriormente, quienes asumieron la dirección de esas fuerzas armadas fueron Andrei Parubiy, cofundador del partido nacional socialista rebautizado Svoboda, quien fue nombrado secretario del Comité de Defensa Nacional y, ahora en traje de ministro de Defensa, el contralmirante Igor Tenjukh, vinculado a Svoboda.

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