Es la pregunta
que muchos se hacen, inclusive también, posiblemente, el mismo
vicepresidente de los Estados Unidos, Joe Biden. Pero no es solo porque México posea la Iniciativa Mérida o también exista un Plan Colombia que Centroamérica
tenga el derecho supremo para el propio, sino porque esta región queda
exactamente en medio de los dos países cuyos grupos delictivos trafican
por territorio centroamericano (por tierra, mar y aire) el grueso de la
droga que se consume en las grandes urbes estadounidenses. Bien lo dijo en 2011 el entonces presidente de Guatemala, Álvaro Colom
(período 2008-2012), que ya bastaba que Centroamérica siguiera poniendo
los muertos y no hubiera solidaridad plena de los estadounidenses para
el combate, pues es su población la gran consumidora de la droga
producida y traficada desde el sur del continente.
Por su parte, el actual presidente de Guatemala, el general retirado Otto Pérez Molina,
quien hasta se ha decantado por el tema de legalizar el consumo de
droga, consideró en julio pasado, cuando él y otros mandatarios de la
región se reunieron en Washington D.C., con el presidente Barack Obama, que para atajar la crisis fronteriza, por ejemplo, sería necesario que Estados Unidos ejecutara un plan similar al Plan Colombia o el Plan Mérida y que bautizó como Plan Centroamérica. “Tenemos que ver cómo conjuntamente podemos abordar la crisis, pero
realmente para llegar al problema y atacarlo de raíz, tendríamos que ver
lo que fue un Plan Colombia o un Plan Mérida, que sería un Plan Centroamérica. Ese Plan Centroamérica tendría que llevar los recursos necesarios para poder atacar las causas de fondo”, dijo Pérez Molina. Este plan dotaría a los países centroamericanos de fondos para luchar
contra el crimen organizado y la violencia, una de las razones por las
que miles de niños centroamericanos indocumentados viajan solos a Estados Unidos, entre otros problemas que acarrea América Central. Pero no es que los estadounidenses se desentiendan por completo del
problema centroamericano.
Estados Unidos dona equipos militares a estos gobiernos, de forma periódica, aparte de colaborar con sus militares en operativos conjuntos contra el crimen organizado y el narcotráfico, como la Operación Martillo, por ejemplo. Sin embargo, el vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, rebajó a inicios de agosto las expectativas de El Salvador, Honduras y Guatemala de que se apruebe un Plan Centroamérica similar a las ediciones para México y Colombia, al asegurar, según él, que esos gobiernos los centroamericanos “no están preparados para tomar las decisiones difíciles” que tomó el Gobierno colombiano, en particular. Biden habló ante un grupo de abogados sobre la necesidad de ofrecer asistencia legal gratuita a los niños indocumentados no acompañados que cruzan la frontera de Estados Unidos para que estos puedan defender lo mejor posible su caso ante un juez de inmigración. Durante su discurso, Biden se refirió a la petición de los Gobiernos de El Salvador, Honduras y Guatemala de la necesidad de que se apruebe para Centroamérica un plan de ayuda en la línea de lo aplicado en México y Colombia. De estos tres países centroamericanos proceden la mayoría de niños indocumentados no acompañados que están llegando a la frontera entre México y Estados Unidos.
“Ellos continúan diciendo, señor vicepresidente, necesitamos un Plan Colombia. Y yo les digo, bien, tienen razón. Y teniendo en cuenta que yo estuve implicado en redactar el Plan Colombia y muy comprometido en ello, les digo: los colombianos tomaron algunas decisiones muy difíciles a nivel nacional, ¿están ustedes preparados para tomar algunas de esas decisiones?”, dijo Biden. “Ustedes tienen policías corruptos. ¿Qué van a hacer? Nosotros tenemos la capacidad para ayudarles a limpiar eso”, añadió el vicepresidente estadounidense, que alabó el éxito que tuvo el gobierno colombiano a la hora de luchar contra la corrupción policial. “¿Por qué no tenemos un plan Colombia para Centroamérica? Porque los gobiernos centroamericanos no están ni siquiera cerca de estar preparados para tomar el tipo de decisiones que los colombianos tomaron, porque son duras”, expresó Biden, quien añadió que “son decisiones difíciles de tomar en casa, muy difíciles a nivel nacional”.
Plan Colombia
El Plan Colombia fue lanzado en 1999 por el presidente colombiano Andrés Pastrana y el estadounidense Bill Clinton con el objetivo de generar una revitalización social y económica en ese país, terminar el conflicto armado en Colombia y luchar contra el narcotráfico. Se recordó que por cada dólar que Estados Unidos
invirtió, el Gobierno colombiano invirtió cuatro dólares para combatir
el crimen organizado, con un presupuesto inicial de más de 7.000
millones de dólares, siendo más de la mitad financiado por la misma
Colombia y el resto por la comunidad internacional, encabezada por
Estados Unidos.
Según la Embajada de los Estados Unidos en Bogotá, el paquete de
asistencia de Estados Unidos proveyó 600 millones de dólares para los
primeros años de implementación, con el fin de ayudar a entrenar y a
equipar dos nuevos batallones antinarcóticos, que se localizarían en el
sur del país para proteger a la Policía Nacional de Colombia en sus misiones contra el narcotráfico. El programa incluyó también el suministro, por parte de los estadounidenses, de 30 helicópteros Sikorsky Blackhawk y 33 helicópteros Bell Huey,
para que los batallones antinarcóticos tuvieran acceso a las áreas
remotas del sur de Colombia donde se cultiva la coca y se procesa la
cocaína. Esta asistencia también aumentaría la inteligencia para los
batallones antinarcóticos colombianos.
Iniciativa México
Por su parte, de acuerdo con la embajada de los Estados Unidos en
México, en diciembre de 2008, México y los Estados Unidos firmaron la
primera Carta de Acuerdo sobre la Iniciativa Mérida,
marcando así un capítulo histórico en la cooperación y el
reconocimiento de las responsabilidades compartidas entre ambas naciones
a fin de contrarrestar la violencia ocasionada por el crimen organizado
que amenaza a los ciudadanos en ambos lados de la frontera. A cinco años de su implementación, la Iniciativa Mérida ha
fomentado un aumento en la cooperación bilateral en materia de seguridad
y ha proporcionado un apoyo tangible a las instituciones mexicanas de
seguridad y justicia y ha impulsado los esfuerzos de los Estados Unidos
por detener el tráfico de armas, dinero y demanda de drogas. Hasta el momento, la Iniciativa Mérida ha entregado 1.200 millones de dólares en equipo y entrenamiento.
Ya Centroamérica, sobre todo el Triángulo Norte (formado por Guatemala, Honduras y El Salvador), junto a Nicaragua,
fue objeto de millonarias ayudas militares en el pasado, mayormente en
toda la década de los ochenta del siglo XX, al grado que en el caso de
El Salvador, se llegó a decir que la administración del presidente Ronald Reagan destinaba hasta un millón de dólares diarios en ayuda militar a su homólogo salvadoreño Napoleón Duarte (en el período 1984-1989), que enfrentaba una guerra interna de la entonces guerrilla del FMLN, ahora convertida en partido político y con su segunda presidencia consecutiva. Los tiempos cambian y pareciera que la obsesión pasada de Reagan por
frenar el avance soviético en la región, lo que algunos llaman el patio
trasero estadounidense, incentivaba la ayuda a manos llenas en aquella
época y ahora el avance criminal y de los carteles de drogas en Centroamérica no incentiva que la ayuda fluya en abundancia como ha sido el caso para México y Colombia. (Jesús.R.G.)
Fuente: http://www.infodefensa.com/
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