Filipinas, entre la diplomacia y el refuerzo de su capacidad naval.


Las delimitaciones del denominado Mar de China son fuente de continuas disputas entre las naciones ribereñas: Brunei, Filipinas, Malasia, Taiwán y Vietnam, especialmente con la gran potencia de la zona, China, cuyas costas dan al referido mar. Durante los últimos meses la tensión se ha acentuado entre China y Filipinas, denunciando el Gobierno de Manila ataques a sus pesqueros y la persecución a sus buques mercantes y petroleros. Evitar esta tensión, en aguas que Filipinas reclama como suyas, ha sido uno de los principales asuntos de la agenda del Presidente de Filipinas, Benigno Aquino, durante su reciente viaje de estado a China, realizado entre los pasados días 30 de agosto y 1 de septiembre. La visita del mandatario filipino incluyó una reunión con el líder chino, Hu Jintao que, según el Gobierno de Filipinas, ayudará mucho a decrecer los incidentes. 
 
La política exterior del Gobierno de Manila, tradicional aliado de Estados Unidos, lleva varios años acercándose a Pekín en un inteligente intento para llevarse bien con la nueva superpotencia regional, aunque sin alejarse tampoco de Washington. Una muestra más de la cada vez mayor influencia de China en el Pacífico. Paralelamente a la acción diplomática, Filipinas está incrementando su poder naval con la reciente incorporación de la fragata Gregorio del Pilar, el antiguo cutter (patrullero) de la United States Coast Guard/Guardia Costera de Estados Unidos, USCG Hamilton. Se trata de un patrullero oceánico multiuso, que desplaza 3.250 toneladas, tiene un radio de acción de 14.000 millas marinas y puede operar con helicóptero, gracias a contar con pista y un hangar retráctil. 
 
El navío fue entregado a la Marina de Filipinas el pasado 13 de mayo, en la denominada isla de la Coast Guard (California; Estados Unidos). Posteriormente, durante el viaje a Filipinas, el navío participó en Hawai en un ejercicio PASSEX, junto a la fragata de la US Navy, USS Reuben James. El navío, que llegó a Manila el 21 de agosto, es actualmente el mayor de la modesta Marina Militar de Filipinas, compuesta principalmente por pequeñas corbetas y patrulleros, algunos de estos últimos veteranos de la Segunda Guerra Mundial en las filas de la US Navy. Recientemente, el jefe de las Fuerzas Armadas de Filipinas, el general de cuatro estrellas Eduardo Oban Jr., ha manifestado que esperan adquirir dos navíos más de este tipo, de los que el primero llegaría a Filipinas a principios del próximo año. 
 
Actualmente, la USCG está sustituyendo sus cutter del tipo Hamilton por los nuevos del tipo Legend, por lo que va dando de baja los primeros y poniéndoles a disposición de naciones amigas. El interés de Manila por reforzar su capacidad de patrulla naval se debe a la necesidad de incrementar la protección de sus disputadas aguas jurisdiccionales del Mar de China, donde se están haciendo prospecciones para descubrir petróleo y gas natural.

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