Obama lanza su "Sorpresa de Octubre" antes de que lo haga Romney mañana en el debate: Va a dialogar con Irán.

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El presidente Barack Obama se ha comprometido a mantener conversaciones directas sobre el programa nuclear de Irán con sus líderes, el ayatolá Ali Jamenei y Mahmoud Ahmadinejad. ¿Es una sorpresa? El 16 de abril de 2012, Debkafiles reveló que Washington y Teherán estaban llevando a cabo conversaciones secretas en París y Viena. Ahora fuentes cercanas a Obama han filtrado la información al New York Times de que el diálogo ha de ser elevado a conversaciones directas a nivel de cumbre. 

Esta declaración, a pesar de su negación posterior de la Casa Blanca, tiene tres objetos claros: 1. Frenar el ímpetu del aspirante republicano Mitt Romney en las encuestas de opinión antes de las elecciones del 6 de noviembre. Los asesores de campaña de Obama creen que la voluntad del presidente para involucrar a los líderes iraníes directamente sobre su programa nuclear, en contraste con la postura más dura de Romney, apelará a la renuencia del votante estadounidense a la acción militar. 2. Adelantarse al presunto plan de Romney de divulgar las conversaciones secretas como una bomba en su último debate sobre política exterior programado para el lunes 22 de octubre en Florida. 

3. Tranquilizar a Teherán de que el Desafío Austero 12, el conjunto de maniobras militares y juegos de guerra estadounidense-israelíes que empiezan este domingo 21 de octubre - aunque en forma reducida - no será la primera salva de una "sorpresa de octubre" contra Irán. Este globo sonda fue lanzado por David Rothkopf, quien es cercano a los líderes demócratas, en Foreign Policy el 9 de octubre, a pesar de que no fue recogido por nadie en Washington o en Jerusalén. Bajo el título de "sorpresa de octubre", citó que una facción de la Casa Blanca recomendaba a Obama que los EE.UU. se unieran a Israel en el lanzamiento de una operación quirúrgica contra las instalaciones nucleares de Irán antes de las elecciones EE.UU.. Obama está señalando a Teherán que él ha rechazado este consejo en favor de mejorar su diálogo con los líderes iraníes. 

Sin embargo, más allá del cálculo de la estrategia de campaña, es importante tener en cuenta que el diálogo secreto en curso durante la mayor parte de un año no ha producido ningún avance en la polémica sobre las aspiraciones nucleares de Irán. Esto se debe principalmente a que los emisarios de Obama nunca han estipulado claramente que Teherán deba detener el enriquecimiento de uranio como un quid pro quo para que el diálogo pueda continuar. Justo lo contrario: Que se sepa que Washington no se opone al programa de enriquecimiento de Irán en sí, siempre y cuando no se utilice para la construcción de un arma nuclear. Las diferencias entre las dos partes se centraron en la demanda estadounidense de permitir el control de la Agencia Internacional de Energía Atómica con acceso las 24 horas al día a los proyectos de enriquecimiento para determinar que partes del stock no desaparecieran repentinamente para su uso en la fabricación de una bomba. Teherán ha acordado permitir a los inspectores visitas una vez cada quince días. El vicepresidente Joe Biden fue franco al respecto durante su debate con Paul Ryan el 11 de octubre. 

De hecho, dijo que las cantidades de uranio enriquecido acumulado no importan - solo lo que Irán hace con ellas. Esta admisión despertó poca atención a pesar de que implicaba que el gobierno de Obama está dispuesto a permitir el acercamiento de Irán a un umbral muy arriesgado. Indicó también que existe aún una brecha muy amplia entre la actitud indulgente del gobierno de Obama hacia un Irán nuclear y la insistencia de Israel en líneas rojas para limitar las cantidades y las calidades del uranio enriquecido que se permitirá acumular a Irán. Al mismo tiempo, Israel sigue dando marcha atrás en esas líneas rojas: Cuando Irán trasladó su planta de enriquecimiento a una zona inmune a principios de este mes, una línea roja desapareció. E Israel ya no desafía abiertamente la garantía de Washington de que la decisión de Jamenei de seguir adelante y empezar a construir un arma llegaría a la inteligencia de EE.UU. en el momento preciso en que se hiciera. 

El Primer Ministro Benjamin Netanyahu, y el ministro de Defensa, Ehud Barak, se han visto forzados de nuevo a dar un paso atrás tras otro y han caído en silencio detrás de Obama. Por su parte, el presidente de EE.UU. cree que una cumbre con los gobernantes de Irán aumentará sus posibilidades de reelección. Pero él deja a Netanyahu enfrentarse al votante israelí en tres meses con nada de su promesa de evitar un Irán nuclear, y aferrándose a la coincidencia exterior entre las evaluaciones de inteligencia estadounidenses e israelíes sobre el progreso nuclear de Irán. No hay una coincidencia real. La brecha es tan amplia como siempre. Pero al no negar la afinidad de Israel con Estados Unidos sobre esta cuestión, Netanyahu y ​​Barak no sólo ayudan a Barack Obama, sino que también están alentando a Teherán a seguir adelante. 

Fuente: http://www.laproximaguerra.com/

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