Los futuros buques anfibios Mistral rusos no estarán preparados para el frío.


Rusia no podrá utilizar los portahelicópteros Mistral que ha encargado a Francia con temperaturas por debajo de siete grados centígrados El viceprimer ministro ruso, Dmitry Rogozin, admitió el sábado las dificultades para operar con estos buques cuya construcción supone un desembolso de 1.200 millones de euros. La compañía española Navantia optó en su momento a este contrato presentando un diseño basado en el buque de proyección logística Juan Carlos I, con el que opera la Armada Española y del que la marina australiana ha adquirido dos unidades. “Resulta una chapuza que los buques [Mistral] de desembarco que operarán en nuestras latitudes no vayan a funcionar a temperaturas por debajo de siete grados”, explicó durante una reunión este fin de semana de la Academia de Ciencia Militar rusa el viceprimer ministro Rogozin, que tiene responsabilidades especiales sobre la industria de defensa.

“Quizá pensaron que vamos a realizar operaciones especiales en África, pero dudo que eso vaya a ocurrir”, añadió, según la agencia de noticias rusa RIA Novosti, que aclara que no ofreció más detalles sobre el motivo que impediría funcionar a los buques con frío. Tampoco está claro para esta agencia si el viceprimer ministro se refería verdaderamente a temperaturas de siete grados sobre cero o si quizá quiso decir siete grados bajo cero, ya que es habitual que los rusos den por sobreentendido ese menos cuando hablan de frío. Rusia firmó en junio de 2011, antes de que Rogozin accediera a su cargo, un acuerdo con Francia de 1.200 millones de euros para la construcción de dos buques anfibios Mistral, capaces de transportar helicópteros junto a una fuerza de infantes de marina. La primera de estas naves está previsto que se entregue el año que viene. Este barco será desplegado con la flota rusa del Pacífico, cuya base se encuentra en el puerto de Vladivostok, a la que el hielo no afecta en ningún momento del año, pero cuyos inviernos son muy fríos. El segundo buque está previsto que opere con la flota del norte, que también tiene bases libres de hielo debido a la corriente del Golfo, pero donde también se recogen temperaturas muy frías durante varios meses al año.

Llueven las dudas sobre el programa

El programa ruso de los buques franceses de la clase Mistral está siendo severamente discutido en las últimas semanas por las propias autoridades rusas. Hace unos días, el subdirector del Comité Militar-Industrial ruso, Ivan Kharchenko, calificó de “absurdo” el acuerdo de compra de estos buques, del que dijo que había dañado a la industria de construcción naval rusa. RIA Novosti también recogió a principios de este mismo mes que Rusia se está planteando no construir finalmente el tercer y cuarto portahelicópteros de esta clase, como se había previsto inicialmente. El acuerdo con Francia que incluía la transferencia de tecnología sensible, contemplaba la opción de dos buques Mistral más que deberían construirse en el astillero ruso Sevmash, en la ciudad de Severodvinsk.

El primero de los buques Mistral rusos, el Vladivostok, se construye en los astilleros que la compañía gala DCNS tiene en la localidad francesa de Saint-Nazaire, y se prevé que sea entregado en 2014. La segunda unidad, el Sevastopol, estará terminada, si no se producen contratiempos, en 2015. Las dos unidades restantes se programaron para que fuesen construidas en su mayor parte en Rusia. En concreto, el 80% de los nuevos buques estaría formado por piezas construidas en el país cliente, y el 20% restante en Francia; justo al contrario que los dos primeros navíos de la clase. Sin embargo, numerosos expertos e industriales navales han sido escépticos desde el principio acerca de las necesidades rusas de contar con cuatro buques de esta clase en su Armada.

La construcción de dos unidades más deja de interesar
La decisión de suspender la construcción en Rusia de los buques Mistral que publicó originalmente el periódico económico ruso Vedomosti a principios de este mes, se habría tomado tras la reciente remodelación de la cúpula militar rusa, al frente de la cual ha llegado Sergei Shoigu, en sustitución del hasta aquel momento ministro de Defensa Anatoly Serdyukov. Shoigu ha llegado al cargo con la intención de racionalizar los gastos de defensa. Según fuentes de la industria de defensa consultadas por el periódico ruso, la construcción de los dos últimos barcos de la clase en Rusia supondría un coste similar al del contrato francés, pero su mantenimiento resultaría una pesada carga para el presupuesto de defensa. Los buques de la clase Mistral, de los que Francia cuenta con tres unidades, están preparados para transportar 16 helicópteros, cuatro lanchas de desembarco, 70 vehículos blindados y 450 soldados. 

Las unidades que se están fabricando para Rusia transportarán previsiblemente ocho helicópteros Ka-52K y otros tantos Ka-29, junto a una unidad de desembarco de entre 450 y 900 soldados, dependiendo del tiempo en el que deberán estar embarcados. Los buques tipo Mistral, de 210 metros de eslora y un desplazamiento de 21.000 toneladas, pueden cumplir varias misiones: transportar y desembarcar tropas, evacuar a la población civil, emplearse como buque de apoyo de helicópteros de asalto a una distancia de sus bases o como base de apoyo logístico para las unidades de la Armada. Estos buques necesitan una tripulación de 160 personas y navegan a 18 nudos (algo más de 33 kilómetros por hora). Cuando Rusia firmó está compra no sólo estaba interesada en adquirir nuevos para su Armada, sino que también tenía las miras puestas en sus equipos técnicos y de navegación, incluido el sistema de combate y control SENIT 9 y el sistema de comunicación SIC 21. Este último resulta especialmente interesante, porque es capaz de integrar todos los sistemas de comunicación en el radio de acción del buque, incluidos los de las autoridades civiles.

Fuente: http://www.infodefensa.com/

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