Argüelles confirma en el Congreso que el submarino “Tramontana” se someterá a la gran carena y que la segunda fase del BAM “no está desechada, está simplemente aplazada”.

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De refilón y escuetamente, así es como Pedro Argüelles confirmó ayer en su comparecencia en el Congreso que el retraso en la entrega del primer submarino S-80 “obligará a realizar la gran carena del submarino Tramontana en los astilleros de Navantia”. De los 30 millones de euros estimados como necesarios para acometer esta gran revisión ni dijo nada ni fue preguntado. Se despeja así la incertidumbre sobre un escenario que, en un plazo de sólo tres años, hubiera arrojado el triste saldo de una flota de submarinos en la Armada española de un solo sumergible, el “Mistral”. La entrada en servicio en 2015 del primer S-80, el “Isaac Peral”, no va a producirse y, en el peor de los escenarios, no lo hará hasta 2017. Respecto al S-80, cuyo objetivo es sustituir a la serie S-70, Argüelles informó que “se está llevando a cabo una revisión del programa con la incorporación de una asistencia técnica que evalúa su desarrollo. 

En virtud de las conclusiones de este estudio se tomará más adelante la decisión sobre la configuración final del programa. En cualquier caso, este programa es un proyecto a largo plazo en el que nuestro país ha decidido afrontar los riesgos tecnológicos que implica una apuesta de este tamaño. El objetivo último, que no debemos perder de vista, es lograr autonomía y ventaja operativa para nuestras Fuerzas Armadas, así como conseguir para España una capacidad industrial y tecnológica puntera en esta área. Como saben, el arma submarina es una prioridad para nuestras Fuerzas Armadas y el retraso en este programa debe cubrirse con las unidades actuales”. En la propuesta de reprogramación de programas de Defensa españoles que Argüelles expuso ante los diputados, el secretario confirmó que “el techo de gasto del submarino no sufrirá variación, 2.135 millones de euros, tal y como estaba previsto en el año 2009. Más adelante, a la vista del análisis que se está llevando a cabo, habrá que reevaluar las opciones posibles”.

Los BAM
Respecto a la segunda fase de los Buques de Acción Marítima (BAM) para la Armada española, Argüelles afirmó en el Congreso que “no está desechada, está simplemente aplazada, como otras muchas cosas”,  más adelante puntualizó que “no ocupa el primer lugar en las prioridades de programación de la Armada ni del Estado Mayor de la Defensa. Es un requerimiento, pero no es el primero. Esperemos que en algún momento se pueda hacer, pero tomar la decisión a favor de la serie segunda de BAM subvirtiendo el orden de prioridades militares eso sí sería una anomalía, eso sí sería poner todo equivocado. 

Entonces comprendería que me criticaran, que en vez de política de Defensa aquí lo que hacemos es política industrial. Nosotros lo que queremos hacer es política de Defensa primero”. El secretario se refirió a los BAM como “un buque muy bien diseñado que ha encontrado, como se dice, un nicho de operatividad muy acertado, pero no es el único. No hay que pensar que ahora toda la Armada tiene que funcionar a bases de buques de acción marítima. Necesita otras cosas también”.

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