Argelia cierra su mayor contrato de compra de helicópteros rusos: 42 “Mi-28” y 6 “Mi-26” por 2.700 millones de dólares.



Moscú ha suscrito un nuevo gran contrato de exportación de armamento en el Norte de África, valorado esta vez en 2.700 millones de dólares (unos 1.900 millones de euros). Russian Helicopters y el Gobierno de Argelia han cerrado por ese monto la compra-venta de 42 helicópteros Mi-28N, seis Mi-26T2 y la modernización de los 39 Mi-8 que dotan en estos momentos a la Fuerza Aérea del país africano y que serán actualizados en la factoría rusa de Ulan-Udi. Argelia ya había mostrado en otras ocasiones su interés por hacerse con estos helicópteros de ataque, sobre todo por los Mi-28 “Cazador Nocturno”, que se incorporarán progresivamente a la Fuerza Aérea Argelina, aunque todavía no se ha confirmado ninguna fecha concreta. Se trata de un helicóptero biplaza (piloto y artillero) con asientos en línea. Su rotor principal tiene cinco palas, con un diámetro de 17,2 m. Cuenta con dos pequeñas alas laterales donde se ubica el armamento, un compartimento habilitado para tres personas, cabina blindada capaz de resistir el impacto de proyectiles de hasta 12,7 mm, un sistema de contramedidas con dispensadores de bengalas UV-26 y sistemas de alerta de aproximación de misiles en la banda ultravioleta. 



En lo que respecta a las unidades del helicóptero polivalente Mi-8, estas se actualizarán dentro de la versión mejorada Mi-8AMTSh, que comprende la adquisición de una cabina blindada, además de sistemas optoelectrónicos para identificación de objetivos y capacidades adicionales para integrar armamento. Rusia cierra así unas negociaciones que comenzaron en el año 2011 a través del fabricante Rostvertol y asegura y afianza su relación militar con Argelia, uno de los aliados más consolidados a nivel internacional del Kremlin, cuya relación mutua ha sido inmejorable desde tiempos de la Unión Soviética. De hecho en 2006 Argelia ya compró a Moscú material militar valorado en 7.000 millones de dólares. Este contrato es el último golpe de efecto en el norte de África de la industria militar rusa. Hace escasas semanas el ministro de defensa de Egipto cerraba en Moscú un contrato para la compra de cazas MiG-29 y helicópteros Mi-35, cuyo valor podría llegar a los 3.000 millones de dólares.

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