El último ensayo balístico de Rusia cumple con las normas internacionales.


El diario Rossiyskaya Gazeta desvela hoy detalles del lanzamiento que el Ejército ruso realizó esta semana. La prueba se ajusta a los compromisos internacionales asumidos por Rusia en esta materia, subraya el rotativo. Las Fuerzas de Misiles Estratégicos (RVSN, por sus siglas en ruso) dispararon el martes un misil RS-12M Tópol para probar un nuevo “prototipo de cabeza de combate para misiles balísticos intercontinentales”, explicó al rotativo el portavoz del Ministerio de Defensa ruso, Ígor Yegórov. Según aclaró, el misil no portaba carga nuclear alguna. El objetivo del lanzamiento fue comprobar “cómo se comporta la nueva ojiva en el aire y con qué precisión impacta en un blanco terrestre”.

El prototipo ensayado es una copia exacta de la ojiva, tanto en forma y peso, como en dispositivos con que está equipado, destaca el periódico. Los lanzamientos de prueba sirven para ver cómo responde a las órdenes desde tierra y con qué precisión transfiere los datos de vuelo y realiza la misión asignada. El lanzamiento se llevó a cabo en interés de las propias RVSN y de la Marina de Guerra rusa, recuerda Rossiyskaya Gazeta. En los próximos años, ambas fuerzas recibirán nuevos misiles intercontinentales: en el caso de las RVSN, se trata de los Yars, y en el caso de la Armada, de los R-30 Bulavá. El diario señala que el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas prohíbe instalar nuevas ojivas en misiles antiguos tipo Topol, que tampoco pueden tener cabezas de reentrada múltiple. Sin embargo, no prohíbe usar esos misiles como portadores para ensayar ojivas para otros proyectiles, recalca el diario. “Por eso, desde el punto de vista de las obligaciones internacionales de Rusia, la prueba fue totalmente legal”, concluye. 


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