La OTAN acaba de finalizar este miércoles el ejercicio multinacional «Trial Unified Vision 14».
Se trata del gran simulacro sobre capacidades conjuntas en ISR, siglas
en inglés para Inteligencia, Vigilancia y Reconocimiento. Es decir,
capacidades para captar información sensible en cuatro dimensiones:
espacio, aire, tierra y mar. Una capacidad que la guerra de Libia
demostró como vital (y escasa) para las misiones de la OTAN desplegadas en la operación «Unified Protector». Satélites, aviones no tripulados, aviones AWACS o de guerra
electrónica, equipos de control de análisis biométrico se han puesto a
disposición del ejercicio. También el zepelín-vigilante del Ejército de
EE.UU., un artilugio militar desarrollado en el último decenio. El ejercicio militar ha tenido lugar en Noruega del 14 al 28 de mayo y participaron 2.000 efectivos de 18 países, 25 aviones de combate y dos buques de la Armada noruega ejecutando, el penúltimo día, acciones de fuego real.
«Las Fuerzas Armadas españolas han desplegado y probado los sistemas Atenea, Seísmo, CSD y un novedoso sistema C2-TALOS, desarrollados por la empresa española GMV como parte del programa de I+D de la Dirección General de Armamento y Material del Ministerio de Defensa llamado SAPEM. Además, seis técnicos de GMV han participado en labores de apoyo al sistema. Por su parte el Ejército del Aire envió un Boeing 707 de Guerra Electrónica que ha actuado como elemento clave de obtención», nos informa el comunicado oficial del Estado Mayor de la Defensa. Sin embargo, no es en el lado español en el que nos queremos fijar en
esta ocasión sino en el dirigible aerostático de EE.UU. llamado PGSS (Persistent Ground Surveillance System)
cuya traducción viene a ser «Sistema de Vigilancia Terrestre
Constante», que «permite la observación y vigilancia de amplias zonas
gracias a los potentes sistemas ópticos e infrarrojos de los que
dispone». Una innovadora capacidad desarrollada en el último lustro con los
conflictos de Afganistán o Irak, con técnicas aeronáuticas de principios
del siglo pasado. Una alternativa a los aviones no tripulados.
Empresas como Lockheed Martin o TCOM LP
han desarrollado sus respectivos ingenios adquiridos por las Fuerzas
Armadas estadounidenses que permiten detectar actividades insurgentes o
vuelos de aviones a baja altura (por poner un ejemplo) a una distancia de hasta 320 kilómetros gracias a las cámaras con las que van equipados. El globo dirigible puede alcanzar una altura de hasta 915 metros (3.000 pies).
Estos globos dirigibles pueden llegar a registrar todo lo que que sucede en dicha área durante 30 días seguidos
y sin interrupción siempre que no haya tormenta con relámpagos o
vientos superiores a 90 km/h. Además de EE.UU., en algunos países como Kuwait es utilizado para vigilancia de fronteras. En 4 horas el globo puede ser desplegado y lanzado
al aire, siendo necesario 6 operarios para su montaje y 2-3 para
operarlo. Aquí un vídeo demostrativo de la empresa TCOM LP. (J.R.G.)
Fuente: http://abcblogs.abc.es/
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