China avanza en su programa de rearme con un segundo portaaviones.


China está construyendo un segundo portaaviones. Es un secreto a voces que el Gobierno no niega y que los medios han dado esta semana un paso más para confirmar. Según informaciones publicadas originalmente por el diario de Hong Kong Commercial Daily, y recogidas en varios medios chinos —incluido el oficial Diario del Pueblo— el buque contendrá innovaciones técnicas respecto a su predecesor, el Liaoning. 

Según el Commercial Daily, el nuevo portaaviones contará con un sistema de lanzamiento por catapulta para dar más potencia a los aviones en su despegue. El diario cita al excomisario para la Marina del Ejército Popular de Liberación (EPL) Liu Xiaojiang, según el cual “las agencias industriales y manufactureras del Gobierno están al cargo de la construcción de este buque”. No es la primera filtración en torno al portaaviones en construcción. En enero, el Gobierno local de Changzhou, en la provincia costera de Jiangsu, hizo público por error en su microblog que una compañía de la zona había ganado el concurso para fabricar el cableado eléctrico del futuro navío. El comentario se eliminó rápidamente. El año pasado el secretario general del Partido en la provincia de Liaoning, Wang Min, ya dejó escapar que el nuevo portaaviones se construye en Dalian, la capital de esta provincia. Según declaraba Wang —en informaciones que también fueron censuradas a toda prisa—, el buque estará listo tras seis años de trabajos. La meta, agregaba, es conseguir que China llegue a tener cuatro. 

El Liaoning —que toma su nombre de la provincia donde se construyó— se ha hecho remodelando un antiguo buque ucranio, el Varyag, adquirido en 1999. El único portaaviones con que cuenta hasta ahora el EPL entró en servicio en 2012. Aunque es la joya de la corona de la Marina china, los responsables militares nunca han tenido intención de conformarse únicamente con él. “De acuerdo con las prácticas internacionales, una gran potencia necesita al menos tres portaaviones para su uso en servicio, adiestramiento y mantenimiento”, publicaba el mes pasado el diario Global Times. Para envidia del EPL, la otra gran potencia militar regional, India, cuenta con dos portaaviones operativos —uno adquirido a Rusia y otro al Reino Unido— mientras que construye un tercero de fabricación nacional, de entrega prevista para 2018. No es solo una necesidad estratégica. Es también cuestión de orgullo nacional y de proyección de poderío económico. Según el Global Times, “China ya es la segunda economía del mundo, pero su único portaaviones es un buque de adiestramiento [reconstruido a partir del Varyag]. 

No es representativo de la fortaleza económica del país”. En un contexto de refuerzo de tensiones territoriales con sus vecinos en los mares del Este y el Sur de China, Pekín anunció la semana pasada un incremento del 10,1% en su presupuesto de defensa para 2015, que alcanzará los 886.900 millones de yuanes (unos 133.000 millones de euros). Es el quinto año consecutivo que crece dos dígitos. El presidente chino, Xi Jinping, que es también el comandante en jefe de las fuerzas de su país y que ha dado un nuevo impulso a la modernización de un EPL sin experiencia reciente de guerra, ha ordenado al Ejército que esté preparado para ganar conflictos regionales mediante el uso de tecnología moderna. Un área clave de esta modernización es el desarrollo de una flota de aguas profundas, una prioridad no sólo ante la posibilidad de conflictos regionales marinos sino también ante la nueva prioridad china en política exterior, el desarrollo de una nueva Ruta de la Seda que por mar cruce el Índico para terminar en Europa. (Jesús.R.G.)


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