Las
Fuerzas Armadas de Estados Unidos se encuentran frente a un punto de
inflexión. Incapaces de retirarse de dos prolongados conflictos en Iraq y
Afghanistán, el Pentágono ha sido forzado a responder al resurgimiento
ruso y a una ascendente China, mientras se mantiene listo a combatir
múltiples amenazas terroristas alrededor del mundo. El presupuesto
del Pentágono para 2017 es de 582.7 billones de dólares e intenta
responder a un nuevo diseño para enfrentar a esos desafíos. Sin embargo,
según un grupo de expertos norteamericanos del “Center for New American
Security”, un equipo de analistas de Washington, tiene que tomar
ciertas decisiones difíciles si quiere seguir combatiendo de manera
efectiva las amenazas del futuro.
Tres expertos, Jerry Hendrix, Paul Scharre y Eldbridge Colby han realizado un informe en conjunto que utiliza un incremento de un 2% a partir del presupuesto de 2017 para diseñar las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos para los próximos diez años. “Tenemos unas fuerzas armadas configuradas para vencer en gran forma a otras al estilo de la Primera Guerra del Golfo de Sadam Husseim”, dice Colby. Agrega que el Pentágono se ha focalizado en bajar las cantidades de unidades de equipo, pero invirtiendo a su vez en mejorarlo con piezas de última tecnología. Sin embargo, el éxito ha sido modesto. Según el presupuesto propuesto, la Armada de Estados Unidos crecería desde las 272 unidades actuales a una de 345 buques a lo largo de esos 10 años, mientras que la Fuerza Aérea aumentaría sus aviones en un número de 120.
“Los números importan, agrega Colby. Para
arreglar el balance actual, el informe de los tres analistas sugiere que
el Pentágono debería invertir en lo que llaman “una mezcla de alta y
baja tecnología”. Esto significa que el Pentágono debe invertir en
equipos de alta tecnología, como los aún no construidos bombarderos de
largo rango B-21, pero también en los más baratos turbohélices de ataque
A-29 Super Tucano para poder afrontar diferentes amenazas en lugares
cono Iraq y Afghanistán. Para financiar estas modificaciones el
informe propone cancelar los portaaviones de la clase Gerald Ford y los
buques de asalto anfibio de la clase America. La línea de producción de
los Fords se estima que costará unos 40 billones de dólares; el buque
cabeza de línea está actualmente atravesando una serie de contratiempos y
demoras en su construcción y alistamiento.
También
proponen recortar 55 billones más en esos 10 años al despedir al 5% de
la fuerza laboral civil en el pentágono y a más de 8000 contratistas. Según
estos expertos su presupuesto seguirá asegurando que la Armada
mantendrá al menos 10 portaaviones al final de esa década; sólo que
tendrán un rol diferente, actuando más como bases pre situadas de
operación a lo largo del mundo. La cancelación de las clases Ford y
America y el cambio de misión para los restantes portaaviones es una
respuesta parcial a la “defensa de negación de área”. Conocida como
A2/AD en los círculos de defensa; este acronismo es la última palabra de
moda hacia las amenzas planteadas por las fuerzas armadas rusas y
chinas bajo la forma de los misiles anti buques de tipo balístico y las
armas avanzadas que serían capaces de mantener a las fuerzas de los
Estados Unidos alejadas de ciertas áreas de su territorio, tal como el
mar Báltico para Rusia como el Mar de la China del Sur, para la potencia
asiática.
A2/AD es uno de los puntos principales del informe del
CNAS, y para oponerse a estos sistemas de negación de áreas, el
presupuesto apunta a incrementar la inversión en más sistemas no
tripulados y a mejorar las capacidades submarinas, adaptando la flota de
submarinos norteamericana actual para incrementar su “supervivencia” en
esos entornos. Además de los vehículos y naves actuales, el
informe propone invertir en sistemas de muy alta tecnología, tales como
láseres de alta energía para aviones y modificar más buques de
superficie con cañones electromagnéticos de rieles para darles
habilidades de ataque de precisión no alcanzadas por nadie en el mundo. En
la parte baja del espectro, el presupuesto de los analistas mantendría a
las Fuerzas Especiales y a la flota de drones en los niveles actuales.
También a los aviones de ataque A-10, focalizándose el Ejército en
operaciones de “soporte, aviso y asistencia” que ha sido el sello de las
operaciones militares norteamericanas en los últimos dos años. (Jesús.R.G.)
Fuente: https://www.zona-militar.com/
Haciendo un ejercicio de imaginación, no sería factible reemplazar al tres torres con sus nueve cañones de un clase Iowa por torres con cañones electromagnéticos? Y teniendo en cuenta el.cinturon blindado de estos, cualquier torpedo omisión moderno solo rasparian la pintura. Que opinas Jesús? O los demás que lean esto? Traten de no puteabas solo es un pensamiento, tal vez sin pies ni cabeza. Saludos
ResponderEliminarUn torpedo ruso con una cabeza de guerra de 5M no solo destruiria ּel portaaviones, sino toda la flota escolta.
ResponderEliminarEs innegable eso, pero en esta época es imposible una guerra nuclear, ningún gobierno de ningún país, soportaría el costo político internacional de usar cabezas nucleares en una guerra convencional,lo que tu expones sería factible en una guerra total, y en ese escenario, tanto Rusia como EEUU tienen capacidad como para atacar, solo que EEUU solo tiene que atacar 1 blanco importante y concentrar todas sus cabezas en territorio Ruso, y ellos tienen que atacar USA y los 10 grupos de portaaviones donde estén, y so estos últimos se ubican cerca de las costas de algún país, no podrían ser atacados sin afectar a otro país.
Eliminar