¿Nuevo portaviones japonés a la vista? Tokio aspira a resucitar su poderío naval.


En la actualidad, Tokio cuenta con tres destructores portahelicópteros, Hyuga, Ise e Izumo. Cada uno de ellos se parece mucho a los portaaviones, sin embargo dadas las causas políticas en realidad no lo son y nunca lo serán. Dicho esto, Japón camina hacia la construcción de portaaviones reales si surge la necesidad, escribe el experto. Como resultado de la Segunda Guerra Mundial, Japón renunció a la guerra como una herramienta de Estado. El Gobierno autorizó la creación de las Fuerzas de Autodefensa de Japón, un Ejército destinado solo a defender el territorio del país asiático. La Fuerza Marítima de Autodefensa (FMAJ), de hecho, es la Armada del país excepto por su nombre. Este organismo tiene ciertas restricciones: de acuerdo con la política japonesa de posguerra, el Gobierno prohíbe la construcción de las armas que son consideradas ofensivas, en particular, los portaaviones.


A pesar de estas limitaciones, durante las últimas décadas Tokio ha estado buscando resucitar su aviación naval. La misión de la FMAJ es proteger las rutas marítimas del país, por lo cual Tokio comenzó a ansiar su propio portaaviones. En dichas circunstancias los militares japoneses decidieron dar un enfoque especial y aprobaron una estrategia paulatina con tal de hacerse con una nave de este tipo. En los años 60 la FMAJ construyó dos destructores portahelicópteros de la clase Haruna. Los buques Haruna y Hiei. A estos dos le siguieron las naves de la clase Shirane. Las embarcaciones militares de ambas clases no eran portaaviones ni remotamente. En realidad, esta fue solo una ‘prueba de agua’ para la aviación naval. Más tarde Japón produjo los buques de desembarco de tanques de la clase Osumi. Estos contaron con una cubierta completa. En 2009 la Armada nipona dio un gran paso más hacia su propia aviación naval al lanzar su destructor portahelicópteros Hyuga y su nave hermana Ise de 197 metros de largo y que desplazan unas 19.000 toneladas con plena carga.


En 2013, Tokio estrenó un destructor portahelicópteros aún más grande, Izumo, de 248 metros de largo y con desplazamiento de 27.000 toneladas. Su buque gemelo Kaga podrá portar nueve helicópteros y gozará de una posibilidad de llevar hasta 14 aeronaves de este tipo. Los cuatro buques disponen de cubierta larga, elevadores para aeronaves y hangares espaciosos. Pese a todas estas ventajas ni los Hyuga ni los Izumo son compatibles con aviones de ala fija. Aunque teóricamente son aptos para llevar a bordo F-35B de despegue y aterrizaje vertical, el diseño de la nave excluye la posibilidad de que quepan en ella. Ambas clases tienen instalaciones para municiones y combustible aéreo, pero estas deberían ser significativamente expandidas para portar hasta un número reducido de cazas de ala fija. En resumen, Japón en la actualidad construye buques grandes como estos para ganar experiencia y finalmente construir un portaaviones verdadero en caso de que sea necesario. (Jesús.R.G.)


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