¿Por qué Rusia desarrolla su nuevo 'súper misil' Sarmat?

¿Por qué Rusia desarrolla su nuevo 'súper misil' Sarmat?

El nuevo misil estratégico pesado ruso RS-28 Sarmat va a reemplazar en el vasto arsenal nuclear del país al temible misil RS-20M Voyevoda para los años 2018-2020. La agencia rusa RIA Novosti ha dedicado un artículo a repasar el arsenal nuclear estratégico del país en un intento de explicar la razón de la aparición de esta arma. La mayor parte de los sistemas con que va equipada la Fuerza nacional de Misiles Estratégicas entraron en servicio operacional a finales de los años 80, tanto móviles como instalados en silos. Hasta la fecha la Fuerza de Misiles Estratégicos de Rusia se compone de sistemas de misiles de cinco tipos: el RS-20M Voyevoda, el RS-18A, el RS-12M Topol-M y el RS-24 Yars. 

El más pesado de ellos, el misil Voyevoda, tiene una carga útil de 8,8 toneladas y lleva una cabeza de reentrada múltiple dotada de diez municiones nucleares de un megatón por unidad. Cada uno de estos temibles misiles es capaz de arrasar completamente una megalópolis del tamaño Nueva York.  El resto de los misiles son significativamente inferiores en potencia. Por ejemplo, un Yars tiene una carga nuclear de un megatón de potencia. Sin embargo, el sistema Voyevoda ya se ha quedado obsoleto, sobre todo considerando los modernos medios de interceptación de misiles nucleares. Precisamente por ello el mando militar ruso reemplaza al monstruoso Satán [como está codificado por la OTAN] por los Sarmat. 
Un nuevo Satanás 
El peso de despegue del Sarmat es ligeramente inferior a las 110 toneladas. Pese a su menor carga útil [hasta 5 toneladas, en función de las cabezas que porta], el Sarmat supera al Voyevoda por la eficiencia energética de sus motores [lo que se traduce en velocidad y en una buena relación empuje/peso] y va equipado con varios medios y equipos para superar el sistema de defensa antimisiles de Estados Unidos.

Los silos en los que estarán instalados estos misiles tendrán un sistema de protección mejorado: para la destrucción total de cada uno harían falta como mínimo 7 impactos precisos de municiones nucleares, cada una de ellas provista de un sistema de guiado individual que le permita acercarse a su objetivo siguiendo una trayectoria programada de varios tipos: como un misil de crucero o como un misil balístico supersónico. (Jesús.R.G.)


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